Resolver situaciones potencialmente conflictivas e incluso adelantarnos a ellas es una parte importante de nuestra actividad diaria. Tal es así que en el trato y relación entre personas se considera un valor esencial, no el evitar el conflicto, sino saber llevarlo y solucionarlo adecuadamente.

Tanto en nuestra vida personal como particularmente en lo profesional, saber identificar situaciones conflictivas nos ahorrará una gran cantidad de recursos, no solo de tiempo, sino de desgaste interior, mucho más agotador que el primero. Debemos analizar los tipos de conflicto, cómo surgen y cómo influyen en nuestros comportamientos, para así poder manejarlos correctamente.

Hoy damos comienzo a un curso de “Técnicas de Resolución de Conflictos”, a lo largo de cual los alumnos adquirirán los principales conocimientos, destrezas y habilidades que les servirán tanto para prevenir los conflictos, como para gestionarlos y resolverlos.

El uso de habilidades de comunicación con el objetivo de mejorar la empatía y la asertividad, la forma de impulsar la mediación como vía de resolución de conflictos, y las opciones que tenemos para sensibilizar a los participantes del conflicto en la búsqueda de nuevas formas de solucionarlo, son solo alguna de las técnicas que manejarán para aumentar su capacidad de manejo efectivo del conflicto.