El retorno de las Humanidades
En un artículo que el diario ABC publicaba hace unos días, se indicaba que cada vez más grandes empresas demandan perfiles con formación en Humanidades basándose en el precedente de que algunos de los grandes directivos más famosos provenían de carreras englobadas en ese conjunto de disciplinas. Justamente las carreras que siempre se ha dicho que no tenían salida profesional ¿por qué este cambio?
Como se apuntaba en el ABC, los datos del Instituto Nacional de Estadísticas (INE) hablan de mayor empleabilidad en el caso de las Ingenierías, pero luego la realidad dá la razón a las Humanidades en forma de directivos como Carly Fiorina, exdirectora ejecutiva de Hewlett-Packard, que estudió Historia Medieval y Filosofía; José Angel Sánchez, director del Real Madrid y Licenciado en Filosofía y Letras; Susan Wojcicki, actual directora ejecutiva de YouTube y con estudios en Historia y Literatura; O Peter Thief, fundador de Paypal, que es filósofo.
Un directivo es quien dirige y ostenta el poder en una empresa. Pero un directivo de éxito actualmente, es además un líder para el equipo de personas que dirige y las cualidades del liderazgo incluyen, entre otras, saber escuchar y motivar, saber planificar eficazmente y conocer cómo reunir, analizar e interpretar la información disponible para tomar una decisión.
Esta es la conclusión que se extrae de las declaraciones que el presidente de IMF Business School, Carlos Martínez, hace en el mencionado artículo de ABC, en el cual comenta: «Estamos ante un mundo más global, que hace que competencias como la tolerancia, la empatía, la creatividad, la capacidad de resolución de conflictos o el pensamiento crítico sean muy importantes para las compañías. Estas competencias las tienen más desarrolladas los estudiantes de Humanidades que los técnicos científicos o matemáticos»
De momento en España no se apuesta mucho por perfiles profesionales propios de las carreras de Humanidades, continuaba el artículo, pero en los países anglosajones ya es algo habitual y empresas de la talla de Google, IBM o Microsoft se llevan a Silicon Valley a psicólogos, artistas, músicos, lingüistas, historiadores y filósofos, porque según comenta Luisa Izquierdo -directora de Recursos Humanos de Microsoft Ibérica- «necesitamos personas con diferentes puntos de vista, capacidades y conocimientos, no solo tecnológicos.»
Aprender a pensar
Un ejemplo de esto lo tenemos en Damon Horowitz, procedente del reconocido Silicon Valley, experto en Inteligencia Artificial y graduado en el MIT (Instituto Tecnológico de Massachusetts), pues justo en el momento en que todas las empresas reclamaban su colaboración por los avances que había logrado en el campo de la Inteligencia Artificial, decidió comenzar a estudiar Filosofía. La decisión de Horowitz surgió cuando se dio cuenta, durante el desarrollo de sus proyectos informáticos, de que algunas preguntas que surgían en el proceso de investigación tenían un carácter filosófico, ya que implicaban cuestiones relacionadas con la naturaleza del pensamiento, la estructura del lenguaje y su significado. Cuenta que a medida que estudiaba y profundizaba en los aspectos relacionados con las Humanidades, se fue dando cuenta de lo limitado que había sido su pensamiento y su lenguaje debido a haberse enfocado demasiado en una dimensión técnica. Añade además, que estudiando Filosofía sufrió una transformación no solo profesional sino también personal, y dice haber descubierto “un gusto renovado por los elementos de la vida que no están científicamente comprendidos o diseñados tecnológicamente”.
Parece ser que estamos ante un retorno de “lo humano”, de los valores fundamentales, que nos invita a aprender a pensar antes de enfocarnos en cualquier otro aprendizaje. Si bien cada perfil profesional demanda sus propios conocimientos y competencias, no solamente de la rama de las Artes y Humanidades, sí es cierto que la raíz común de todos estos perfiles debería pasar por el desarrollo de unas habilidades propias de la Inteligencia Emocional, que favorezcan su buen desempeño como profesional en cualquiera ámbito. Se diría que algunos de los conocimientos propios de las Humanidades se pueden convertir en las herramientas básicas para el desarrollo posterior de cualquier profesión en la que nos vayamos a aplicar.
Aquí te dejamos una intervención de Damon Horowitz: