Tú puedes ayudar a preservar la capa de ozono
Coincidiendo con el 16 de septiembre, Día Mundial de la Preservación de la Capa de Ozono, te ofrecemos una serie de pautas con las que tú puedes contribuir a la regeneración de la misma.
¿Qué es la capa de ozono y por qué se destruye?
Se llama capa de ozono a una zona que se encuentra en la estratosfera terrestre (que es una de las cinco capas de la Tierra) en la cual existe una alta concentración de ozono. Este ozono estratosférico se forma y a su vez se destruye al entrar en contacto con la radiación ultravioleta proveniente del Sol, creando así una especie de equilibrio de destrucción/regeneración del ozono, absorbiendo dicha radiación e impidiendo que esta llegue a la superficie de la Tierra.
Si la capa de ozono no filtrara gran parte de la radiación ultravioleta, esta llegarían a la superficie de la Tierra en cantidad e intensidad suficiente como para provocar graves daños en la piel (cáncer de piel) y en la vista, tanto a los humanos como a los animales. Ello afectaría además a los ecosistemas acuáticos (acabando con gran cantidad de especies, lo que repercutiría en la producción pesquera mundial) así como a los ecosistemas terrestres (desaparición de algunas especies, alteración y reducción del crecimiento de la vegetación y propensión a que las plantas produzcan sustancias tóxicas, por ejemplo).
Para parar la destrucción de la capa de ozono se negoció el Protocolo de Montreal, que entró en vigor en 1989 y el cual prohibía el uso de ciertas sustancias agotadoras de la capa de ozono, entre ellas los CFC’s (clorofluorocarbonos), presentes en muchos productos comerciales como aerosoles, pinturas y aparatos de refrigeración (frigoríficos, aire acondicionado, etc.), puesto que se descubrió que producían una reacción química en la cual se liberaba Cloro y Bromo, causantes de la destrucción del ozono.
Una buena noticia
Tras analizar los datos recogidos en los 25 años previos a la emisión de su informe, el pasado mes de agosto de 2016, la NASA confirmaba que por fin se había comenzado a regenerar la capa de ozono. Según estimaban, gran parte de esta regeneración había sido gracias a la reducción del uso de clorofluorocarbonos (CFC’s) que habían sido prohibidos tras la firma del Protocolo de Montreal.
De esta manera la capa de ozono que en el año 2.000 alcanzaba su máximo histórico, con un agujero de 25 millones de kilómetros cuadrados, a fecha de agosto del pasado 2016, se había reducido en 4 millones de kilómetros cuadrados. Pero esto no acaba aquí, debemos adoptar las medidas precisas para que la capa de ozono pueda seguir regenerándose.